Más de 200 supermercados chinos de todo el país decidieron cerrar sus puertas en los últimos días tras decretarse el aislamiento preventivo obligatorio por miedo a que quienes lo atiendan contraigan el virus y por la disminución en las ventas que sufren a partir de que se desató la pandemia del Coronavirus.
Yolanda Durán, titular de la cámara de supermercadistas chinos, dijo que el principal problema que tienen es que «los empleados tienen miedo de contagiarse. Además, cada vez hay menos movimiento. La gente que tiene plata va a los supermercados grandes y compra en cantidad. En cambio, el que tiene poco dinero y antes iba dos o tres veces por día al chino de la vuelta de su casa para comprar uno o dos productos básicos, ahora no lo hace. Estos días bajó mucho el movimiento. Y ahí se da otro problema: muchos empleados también temen por los robos”.
Durán explicó que en «los primeros días venía la gente y llenaba dos, tres changuitos. Este fin de semana sabíamos que iba a ser más complejo. Además del aislamiento estamos a fin de mes y la gente tiene menos plata” y aseguró que los supermercados grandes tienen más capacidad de adaptarse a la crisis por la facilidad de pago.
En los comercios más chicos se evidencia en la poca demanda: “Perdemos mucho dinero al cerrar porque las góndolas quedan llenas –resaltan-. Pero si la gente no tiene plata para ir a comprar y cada vez sale menos de su casa, hay veces que no queda otra”, destacó.