Estados Unidos cuestionó este lunes abiertamente el origen del Coronavirus Covid-19, acusó a China de ocultar información y puso en duda la versión oficial de Beijing de que el virus saltó a humanos en un mercado de animales salvajes de la ciudad de Wuhan en octubre pasado.
El secretario de Estado, Mike Pompeo, afirmó que su gobierno tiene una «enorme cantidad de pruebas» de que el nuevo coronavirus se originó en un laboratorio de la ciudad china de Wuhan, algo que Beijing y la propia agencia de inteligencia norteamericana CIA niegan, y que la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otros expertos científicos descartaron.
Sin embargo, Alemania y otros países se hicieron eco de Washington en el pedido de mayor transparencia y exigieron más información a China. En el medio de esos pedidos, se sumó el reclamo de la OMS de que China transparentara qué sucedió con la pandemia en los primeros meses, dado que varios médicos chinos denunciaron que el gobierno los sancionó y calló para que no se supiera la gravedad del brote al principio.
En medio de las denuncias y reclamos por la censura inicial de médicos chinos, Estados Unidos acusa a Beijing de haber creado artificialmente el virus que desató la pandemia, algo que ni los médicos chinos ni ningún respetado científico en el mundo avala por ahora.
«Puedo decirle que hay una cantidad significativa de pruebas de que esto vino de ese laboratorio en Wuhan», sostuvo Pompeo en una entrevista con la televisora ABC News, sin presentar evidencias.
El secretario de Estado insistió en que la cantidad de pruebas es «enorme», a pesar de que las agencias de inteligencia estadounidenses dijeron la semana pasada que aún seguían examinando esa posibilidad y no habían llegado a una conclusión.
Pompeo dijo en la entrevista que «los mejores expertos parecen pensar que fue fabricado por el ser humano», una idea que la Oficina del Director Nacional de Inteligencia estadounidense descartó rotundamente en un comunicado el jueves pasado.
Pompeo no rechazó o desconoció esa afirmación, pero volvió a insistir con sus elucubraciones de la “liberación” del virus por parte de China y puso en duda si fue un acto intencionado o accidental.
«El Partido Comunista Chino sigue bloqueando el acceso (a sus laboratorios) al mundo occidental, a los mejores científicos del mundo, para averiguar qué ocurrió exactamente», subrayó . «Tenemos que entrar ahí. Todavía no tenemos las muestras del virus que necesitamos», agregó.
La teoría del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sobre la creación del coronavirus en un laboratorio de China fue desmontada el jueves pasado por la CIA, en medio de las filtraciones a la prensa acerca de que funcionarios habrían presionado a los servicios de inteligencia para que busquen pruebas que sostengan la hipótesis.
La oficina del director de la Inteligencia Nacional estadounidense, Richard Grenell, dijo en un comunicado que se determinó que el coronavirus «no es ni artificial ni genéticamente modificado».
La CIA destacó además que sigue buscando el origen del virus para «determinar si la epidemia comenzó por un contacto con animales infectados o si fue el resultado de un accidente de laboratorio en Wuhan», ciudad china donde surgió la pandemia por la que ya murieron 247.107 personas en todo el mundo y lo padecen 3.502.126.
En un tuit de este lunes, Trump pareció culpar a los funcionarios de inteligencia por no aclarar antes cuán peligroso podría ser un posible brote de coronavirus.
«La inteligencia acaba de informarme que estaba en lo correcto y que NO mencionaron el tema de CoronaVirus hasta finales de enero, justo antes de que yo prohibiera a China en los Estados Unidos», escribió Trump sin citar detalles.
Mientras tanto, el brote sigue creciendo a paso acelerado en Estados Unidos, el epicentro de contagios y muertos en el mundo.
En total, el país registraba esta noche 1.156.924 infectados de coronavirus y 67.498 muertos por esa enfermedad.