Según indican los habitantes, estas nubes no son nuevas y se forman a causa de la acumulación de desechos contaminantes provenientes del Río Balsillas, a donde llegan las aguas residuales de Bogotá.
Con el invierno y la crecida del río la situación se agravó, lo que generó que estas nubes, que usualmente navegan el cauce del agua, lleguen a las casas de los ciudadanos.
La ciudad está inundad de un olor nauseabundo. Además, estas formaciones gaseosas pueden afectar la salud a partir de problemas respiratorios e irritaciones en la piel, síntomas que en su mayoría experimentan los niños.
«Esto es producto de la contaminación, esto es producto de la mala disposición de los residuos, de los que venimos hablando, en este caso lo que recoge toda la tierra, como materiales, animales muertos, también botamos basura, grasas, detergentes, que es la que genera toda esta contaminación reflejada en la espuma», explicó Sergio Valero, director de la oficina de Riesgo del municipio.
Las autoridades comenzaron con las acciones para combatir las nubes a partir de una planta de tratamiento.