Nació en 1979 en un taller de San Martín que ni siquiera tenía piso de material. «Los pisos eran de tierra», recuerda Ariel Gomes, gerente general, en el cuarto capítulo de Hecho en Argentina. Los empujó la necesidad: precisaban un producto de calidad que no se fabricaba en el país, y lo traían importado.
Entonces, a don Pablo Bonatto se le ocurrió decirle a los hijos: «¿Por qué no fabricarlo acá?». «Empezaron a fabricar ese conector, un conector para tubos flexibles, para instalaciones eléctricas», precisa Gomes. Tras las primeras ventas y la aparición de nuevos clientes, el hermano Hugo Bonatto salió a recorrer el país para ampliarse.
«Las ganas de hacer cosas eran muy grandes y eso fue llevando a que poco a poco, con mucho esfuerzo, fueron saliendo adelante (…) A través de los años logramos exportar una gran cantidad de productos«, resalta.
Venden soluciones estándar o hechas a medida, y productos de plástico y metal como componentes eléctricos, equipamiento de distribución energética, controles de distribución modular, cajas y gabinetes multifuncionales y materiales de instalación.
Su oferta se canaliza a través de distribuidores de material eléctrico, proveedores estatales y de telecomunicaciones, y compañías como Edenor y Edesur.
La pandemia los obligó a cerrar la planta, como a muchos. «Fue un impacto fuerte y nos tuvimos que adaptar», cuenta Gomes. Pero de ese escenario surgió una posibilidad: la de pensar en una industria 4.0. Algo que venían planificando y se aceleró.
«Pudimos instalar robots en las máquinas. Y más allá de decir que los robots van a reemplazar a las personas, yo les puedo decir directamente que poníamos robot y a la par que los poníamos incorporamos a 50 personas«, detalló.
Eso fue posible a través de la línea para proyectos estratégicos de inversión, que otorga la Secretaría de la Pequeña y Mediana Empresa y los Emprendedores (SEPYME) a través del Ministerio de Desarrollo Productivo.
«A partir retomamos la nueva planta que tenemos construida, una planta industrial de más de 12 mil metros cuadrados en un predio de 45 mil, con lo cual esa inyección no fue solo la ayuda económica, sino también fue esa inyección de decir ‘vamos que podemos’«, cerró.