Se trata de Kassandra Jones, que realizó una maestría en salud pública, y no obtuvo la beca esperada. La cifra de la deuda ascendió a u$s167.000 entonces para poder pagarlo, cuando ese momento tenía 23 años y se recibió. Pasaron los años y con los 28 que tiene actualmente, decidió donar sus óvulos.
Se sometió a determinados exámenes médicos, algunos de ellos complicados, para saber cuál era su estado de salud y si no tenía enfermedades genéticas. Pasó el proceso, fue aceptada entre las seleccionadas y realizó cinco rondas distintas de donación.
Por cada una recibió casi u$s10.000 y, con su ganancia llegó cerca de u$s50.000. De esa manera pudo pagar parte de las deudas y el resto está buscando la manera de hacerlo. “Fue la mejor decisión. Esto solía mantenerme despierta por las noches y sentía que no había una luz al final del túnel”, expresó.
Ante esto, recibió numerosos cuestionamientos de personas que no la comprenden. Pero en lugar de darse cuenta de la situación, se descargó: “Las generaciones mayores no tienen idea de cómo se siente esto con las nuevas circunstancias que tenemos que soportar”.