En febrero de este año, el precio de los alimentos registró un crecimiento de 55,8%; la vestimenta y el calzado, 67,2%. Para el mismo período, los salarios del empleo formal recuperaron un 55,3% y el sector informal en torno al 40%, por debajo de la canasta básica.
«Al comparar la canasta básica de consumo con los salarios totales, la pérdida real de los ingresos durante el primer bimestre del año fue casi 3%, es decir, un ajuste sobre el poder de consumo de los asalariados», aseguró Calveira.
«Se torna sustancial una política de ingresos estable y coordinada con la política fiscal y monetaria. No sólo a los efectos de evitar otra escalada negativa de redistribución de la riqueza, sino como un elemento de reactivación del consumo y de la demanda agregada», concluyó.