En una entrevista con Associated Press, el director de la OIEA explicó que necesitan tener acceso a la planta para reestablecer conexiones con las oficinas del organismo, ubicadas en Viena.
Según Grossi, las instalaciones en Zaporizhzhia necesitan reparaciones y eso «no está ocurriendo». «Así como está, la situación no es sostenible», sentenció.
«Entiendo que las autoridades ucranianas no quieran que los inspectores de IAEA entren a sus propias instalaciones cuando están ocupadas por un tercero», explicó el especialista. «Tuve una larga conversación sobre esto con el presidente Volodimir Zelensky y es algo que aún requiere consultas. Todavía falta», reveló.
En tanto, Grossi continúa presionando al gobierno ruso para lograr tener acceso a la planta, sin éxito.
Ucrania posee 15 reactores y una de las mayores capacidades nucleares del mundo. Ante el constante peligro de ataque de misiles rusos, esto convierte al territorio en un potencial peligro.
«No puede haber acción militar en o cerca de una planta nuclear», enfatizó Grossi. «Esto no tiene precedentes, es una guerra que se desarrolla en medio de las infraestructuras nucleares más grandes del mundo», planteó.
«Necesitamos cooperación del lado ruso y comprensión del lado ucraniano, para poder evitar accidentes», finalizó.
Las declaraciones de Grossi se dieron en el 36° aniversario del desastre de Chernobyl, uno de los mayores accidentes nucleares de la historia.