El vehículo transitaba sobre la avenida entre las calles Pedro Morán y Asunción, paralelo al carril del Metrobus, cuando el conductor perdió el control, mordió el cordón y terminó impactando contra un poste. La Policía de la Ciudad llegó al lugar para asistir a los pasajeros y controlar los papeles del auto.
El hombre se resistió, comenzó a forcejear con los efectivos y hasta rompió la ventanilla de uno de los patrulleros. Aparentemente estaba alcoholizado y no tenía la documentación en regla. Por lo menos cinco policías tuvieron que contenerlo y meterlo a la fuerza en un móvil para trasladarlo a la Comisaría.
Una vez arriba del vehículo en marcha, el detenido sacó su torso por la ventanilla rota e intentó escapar. «Por favor, me estoy muriendo. Tengo asma, por favor. Trabajo todo el día, 15 horas por día. No tengo antecedentes. Por favor, no me atiende el SAME. Tengo miedo», gritaba.
La Policía lo trasladó a otro patrullero y se lo llevó detenido. La novia del hombre cuestionó el accionar de los efectivos y aseguró que en ningún momento intentaron calmarlo aunque se encontraba fuera de sus cabales.
«Lo agarraron, le quisieron pegar, que yo tuve que gritar y pedir por favor que no le hagan nada. Le apretaban el pecho y es asmático. Veía que el policía le ponía la pierna en el pecho, y viendo lo que pasó en Estados Unidos con la persona esta de color me asusté. Ellos le hablaron mal, fueron al choque», denunció.
La mujer admitió que venían de un boliche y habían tomado alcohol. También contó que el hombre compró el auto hace menos de un mes y ahora descubrió que tiene una deuda con el seguro.
«Yo no estoy de acuerdo con lo que hizo, pero creo que tampoco el accionar de la Policía fue demasiado coherente como para calmarlo. Lo alteró peor porque le decían muchas cosas. Más que nada fue el tema de sacarlo de sus cabales, la forma de hablarle. Yo traté de hacer lo que más podía, porque me asusté», relató.