Debido al “calor infernal” de 55 Cancri e, los científicos tienen la hipótesis que la superficie se derretiría al calentarse e incluso se vaporizaría durante el día, por lo que se formaría una atmósfera muy delgada.
Desde la administración aseguran que, por la noche, ese vapor que quedó se enfriaría y se condensaría para “formar gotas de lava que lloverían de regreso a la superficie, volviendo a solidificarse al caer la noche”.
Ante esta información, el doctor en Filosofía por la Pontificia Universidad de la Santa Cruz de Roma, P. Mario Arroyo, aseguró que “obviamente esto se trata de una metáfora, porque el infierno no es un lugar sino un estado, el estado de la privación eterna y definitiva de Dios”.
“Podemos concluir que el planeta 55 Cancri e no es el infierno, pero sí nos recuerda que el infierno es el lugar de la privación definitiva de Dios, con un fuego espiritual que quema a las almas y del cual esperamos estar libres por toda la eternidad”, remarcó.