Asimismo asegura tener un documento legal respaldatorio que la reconoce como «propietaria del Sol, estrella de tipo espectral G2, que se encuentra en el centro del Sistema Solar».
El acta notarial fue conseguida en 2010, lo que le permite aprovecharse del vacío legal que existe en el Tratado del Espacio Exterior de 1967, que prohíbe reclamar a los gobiernos los cuerpos estelares, aunque no hace mención sobre los individuos.
La escritora, trabajando en una de sus obras, descubrió la historia de Dennis Hope, un estadounidense que se proclamó dueño de la Luna. Por eso, avanzó en su próximo objetivo: vender parcelas de la estrella.
Intentó lucrar con «su propiedad» en eBay, pero la plataforma le eliminó todas las publicaciones. De hecho, en 2015 debió afrontar una demanda judicial por parte de un grupo que la reconoció como «dueña» del Sol y la demandó por los daños que éste produce en la piel.
No conforme con eso, ahora quiere cobrarle un impuesto a toda la raza humana por el uso del Sol. “Conozco la ley y respaldé mi reclamo legalmente. Lo hice, pero cualquiera pudo haberlo hecho. Simplemente, a mí se me ocurrió primero», manifestó.