Se trata de un tradicional auto que, depende el modelo, cuenta con esa particular pieza en la parte superior de la carrocería. A raíz de la escasez en los repuestos de este insumo, el robo se ha convertido en una de las principales alternativas para conseguirlos, por lo cual es una modalidad que creció durante los últimos años.
Lo curioso es que los robos se realizan en apenas segundos, lo muestra que quienes cometen los ilícitos son personas experimentadas. Más allá del tiempo, las cámaras de seguridad muestran que el vidrio salió sin golpes, rayones ni daños.
Lo que produce mayor temor entre los dueños de este tipo de automóvil es que no hay alarma que pueda proteger al vehículo, dado que el techo solar es exterior, por lo que, al igual que con un espejo retrovisor, no se detectan los movimientos.