En el documental de la BBC, Farah explicó que recibió su nombre de parte de una mujer que lo llevó al Reino Unido en 1993, cuando tenía 9 años y le había prometido que se uniría a familiares que habían llegado desde Yibuti, país de África Oriental. «La verdad es que nací en Somalilandia, al norte de Somalia, con el nombre de Hussein Abdi Kahin. Pese a lo que he dicho en el pasado, mis padres nunca vivieron en el Reino Unido», indicó el atleta de 39 años.
Con estas afirmaciones, el propio Farah descartó la historia falaz que había repetido durante muchos años. La misma establecía a Mogadiscio, capital de Somalia, como su lugar de nacimiento y afirmaba que había llegado al Reino Unido con su madre y dos de sus hermanos para unirse a su padre informático. Sin embargo, su papá había sido asesinado en una guerra civil. «Si quieres volver a ver a tu familia algún día, no digas nada», lo amenazaron cuando arribó a Europa.
A pesar de sus miedos, logró revelarle la verdad a su profesor de educación física, Alan Watkinson, que se había dado cuenta de sus cambios de humor cuando se entrenaba en la pista. Después se fue a vivir a la casa de la madre de un amigo y recibió ayuda de esa familia. «Lo único que podía hacer para alejarme de esta situación era salir y correr», explicó la leyenda del atletismo, que recibió la ciudadanía británica gracias a la colaboración del profesor Watkinson.
«Lo escondí durante tanto tiempo, que era difícil, ya que no quieres enfrentarte a ello y a menudo mis hijos me hacían preguntas (…). Y tienes siempre una respuesta para todo, pero no la tienes para esto», detalló el padre de cuatro chicos. El primer de ellos se llama Hussein, como la auténtica identidad de Farah, que compartió un pensamiento recurrente: «Pienso a menudo en el otro Mohamed Farah, el chico del que tomé la identidad en aquel avión, y espero que esté bien».