Así como el colombiano tuvo al brasileño como referente, también hay pilotos que ubican a Montoya entre sus ídolos. Tal es el caso de Sergio «Checo» Pérez, quien a sus 10 años le escribió una carta a Papá Noel pidiéndole «los guantes de Schumacher y el casco de Montoya». Como si fuese una señal o un guiño del destino, el mexicano también ganó el GP de Mónaco en 2022.
“Los que que seguían la Fórmula 1 eran muy fanáticos míos. Nunca he sido un piloto neutro, la gente me adora o me odia”, contó. Esa referencia también tuvo que ver por la rivalidad que se creó con Michael Schumacher. La competencia era feroz y en distintas oportunidades aseguró que su idea era “joderle la vida” al alemán.
Sin embargo, también vivieron sus momentos felices. Como esa noche en la que jugaron a ser cantantes: “Yo todavía era piloto de Williams, él era de Ferrari, y luego de una carrera hicieron una fiesta los de Mercedes. Tenemos una foto con Rubens Barrichello, Michael y yo, los tres cantando karaoke. Fue la única vez que pasamos tiempo juntos”.
Montoya todavía sigue la Fórmula 1 bien de cerca y este año estuvo presente en los grandes premios en Miami y Gran Bretaña junto a su hijo Sebastián, quien lo acompaña en su pasión y también se dedica al automovilismo. “Vemos la mayoría de las carreras, es bastante divertido porque este año cambiaron mucho las reglas. Ha habido cosas muy chéveres y ver un poco la variación de los equipos que están en la punta, está un poco más revuelta la grilla”, explica.
¿Qué cambió desde sus tiempos en las pistas a los actuales? “Se trabaja mucho la parte de manejo, por otro lado, la parte de psicología, el setup y el trabajo en equipo. Aprender a poner todo esto junto, es muy importante”.
A futuro le espera un nuevo desafío: con el mismo entusiasmo y la misma energía que ponen al volante, Juan Pablo y Sebastián se unirán a The Unicorn Hunters Show. Serán embajadores globales de la marca que se propone democratizar la creación de riqueza en el mundo.