Según las primeras versiones, las llamas fueron producidas por un desperfecto en un calefactor. El fuego se extendió rápidamente y la familia quedó atrapada en una de las habitaciones.
Alertados por los gritos, los vecinos se acercaron a ayudar y lograron abrir la puerta principal. Por allí sacaron a Julio, el abuelo de la familia, quien enseguida intentó regresar para rescatar al resto, pero no se lo permitieron por su propia seguridad.
El hombre, de menos de 50 años, fue trasladado al hospital debido a las heridas.
La hipótesis de la Policía es que las víctimas fallecieron por la asfixia producida por el humo y no por las llamas.
El kiosco era una referencia en el barrio y la familia era muy querida, por lo que muchos vecinos expresaron su dolor por la tragedia.