Nicolás Gabriel Carrizo, jefe de «la banda de los copitos» y uno de los detenidos por el intento de asesinato a la vicepresidenta Cristina Kirchner, imploró este miércoles ante los camaristas federales Pablo Bertuzzi y Mariano Llorens que no soporta más estar preso y aseguró que los mensajes referidos al atentado fueron producto de su «humor negro».