Tras la designación de Jorge Ignacio García Cuerva, un cura villero de conocida impronta progresista, como obispo de Buenos Aires por parte del papa Francisco, un excapellán castrense lo calificó de «recontrafrancisquista», «kirchnerista», «amigo de las Abuelas» y apuntó contra él por apoyar «el LGBT y toda esa porquería».