El 11 de abril, el Congreso de Chile aprobó la reducción de la jornada laboral semanal de 45 a 40 horas. De esta manera, la cantidad máxima se reducirá de forma gradual a lo largo de los próximos cinco años. Así, el Gobierno de izquierda del presidente Gabriel Boric generó una referencia en Sudamérica: junto Ecuador son los países con menor carga horaria de la región.