Siempre fui muy fanático de los ARPG – Action Role Playing Games – de Capcom. Mi gran amor nació con Monster Hunter. Comencé a jugarlos por el año 2007 y no comprendía por qué Capcom tomaba la cruel decisión de publicarlos únicamente en Japón, y las copias que llegaban a Argentina estaban totalmente en japonés. Pero los años pasaron y en 2012 la compañía sorprendió con el anuncio de un nuevo ARPG llamado «Dragon’s Dogma», que tenía una pinta brutal. Está demás aclarar que lo jugué y lo disfruté como un niño, pero al parecer no pasó lo mismo con el resto del público.