Corría el año 2018 y en el extinto E3 de Los Ángeles se probaban diferentes juegos que serían lanzados en los próximos años. Entre estos se presentaba un interesante proyecto de piratas llamado “Skull & Bones”, que en ese momento podría haber jurado que vería la luz en pocos meses, pero no fue así. Este era un juego de batallas navales donde diferentes equipos competían a cañonazos para decidir quién sería el rey de los mares, pero finalmente esta fórmula duraría muy poco. La prensa no recibió nada bien el primer contacto con el juego presentado por Ubisoft, y fue en ese momento cuando la compañía dio un giro de timón para replantearse el proyecto. Seis años después, lanza el tan esperado y conflictivo juego marino que, vale decirlo, llega con muchas dudas.