Miguel Robles, excustodio de Cristina Kirchner en 2010, cuestionó la tarea de los encargados de cuidar la integridad física de la vicepresidenta durante el intento de magnicidio ocurrido el 1° de septiembre en las adyacencias de su domicilio en Recoleta. Además, criticó que «las alertas no se tuvieron en cuenta».