“Un momento… sí, ese es un estadio temblando”, dice la frase que acompaña el posteo que superó el millón de reproducciones. Si bien es algo común para el fútbol argentino, en el exterior suelen quedar anonadados por el movimiento de las tribunas en cuanto los hinchas comienzan a saltar.
“La Bombonera no tiembla, late. Es un estadio que vive y respira. El efecto combinado de los hinchas cantando, aplaudiendo y, especialmente, saltando, hace que el suelo vibre como un pequeño terremoto”, fue uno de los argumentos que esbozó la revista Four-Four-Two para referirse al movimiento de uno de los estadios más reconocidos a nivel mundial.
El J.J. Armando está pronto a ser refaccionado a partir de un proyecto que propone ampliar la capacidad del estadio aunque sin vulnerar su diseño actual. ¿Dejará de latir?