Gerardo Morales volvió a desligarse de la represión en Purmamarca por parte de la policía provincial, en donde hubo estudiantes heridos, y buscó culpabilizar a Milagro Sala, la dirigente social que se encuentra detenida desde diciembre en su casa. Además, reconoció que busca «nacionalizar el debate por los límites de la protesta social», uno de los pilares sobre los cuales se aprobó la reforma constitucional en Jujuy.