Todo lo que rodea a la indumentaria que utilizó el “Diez” aquel partido circuló en todo el planeta como una noticia fantasmagórica. Pero detrás de todo ese entramado, hay una historia que vale la pena repasar y que tiene que ver con cómo llegó la Selección argentina a ella.
La delegación nacional viajó al territorio mexicano con un juego de 40 camisetas azules para disputar la Copa del Mundo. El mismo lo utilizó con Uruguay, porque perdió el sorteo y fue la “Albiceleste” la que tuvo que cambiar su tradicional vestimenta.
Posteriormente, se enfrentó a Inglaterra y ahí Argentina se vio obligada por la misma razón, ya que la ropa de su rival era blanca. El problema era que el utilero Rubén “Tito” Benros les dijo que no tenían más camisetas azules: algunas fueron guardadas, otras regaladas y otras se perdieron.
El entrenador Carlos Bilardo entró en desesperación y le ordenó al entonces gerente de Selecciones nacionales y actual director del predio de Ezeiza de la Asociación de Fútbol Argentino (AFA), Rubén Moschella, que fuera a recorrer México hasta encontrar un juego de camisetas azules.
Entre las indicaciones que le dio, le remarcó que la indumentaria no debería ser pesada, porque después del partido contra Uruguay, los futbolistas pesaban 3,2 kilogramos más porque su ropa absorbió la transpiración.
En su búsqueda, dio con una cadena de grandes tiendas de ropa deportiva y el dueño del local le aseguró que tenía lo que Argentina precisaba. Incluso, disponía dos tipos para ofrecerle, una más opaca y otra más brillosa. Esta última era de un material que se asemejaba mucho a las que se usan actualmente.
El comerciante le afirmó a Moschella que contaba con 40 unidades de cada una y le permitió que se llevara una de cada una para probar y decidir con cuál de las dos se iba a a quedar.
Fue así que llegó al predio del América de México donde estaba hospedada la Selección y se encontró con Bilardo y su ayudante Carlos Pachamé en un cuarto especial.
Mientras debatían cuál iban a comprar, ingresó Maradona en medio del horario de la siesta y les dijo a modo de broma: “Se reunieron sin mi autorización”. Así, viendo lo que pasaba, tocó ambas camisetas y optó por la brillosa.
Bilardo aprobó su visión y Argentina utilizó esa contra Inglaterra. Según contó el propio Diego, la intercambió con el futbolista inglés Steve Hodge, quien se la había pedido previamente. Sin embargo, este no especificó en su libro si aún la tiene o no.
La camiseta de Maradona se mistificó y hay versiones cruzadas que indican que la que se subastó no es la verdadera. En definitiva, quién la tiene? ¿Quién pagó más de u$s8 millones?