El explorador interestelar, lanzado hace más de 45 años, funciona correctamente, pero las lecturas del sistema de control y articulación de la actitud de la sonda (AACS) no muestran lo que sucede a bordo.
Si bien en un primer momento se podría sospechar que se trata de una falla en el sistema de control, los datos que envía la sonda no coinciden con los de los movimientos y la orientación de la nave.
Otro dato que desconcierta a la NASA es que no se disparó el sistema de protección de fallos, que permite al Voyager 1 navegar de manera segura en caso de haber un error. De hecho, su señal no se debilitó, por lo que parece estar confundida sobre su ubicación.
Suzanne Dodd, directora del proyecto Voyager 1 y 2, aseguró que este tipo de misterios son habituales: “Estamos en el espacio interestelar, un entorno de alta radiación en el que ninguna nave espacial ha volado antes. Así que el equipo de ingenieros se enfrenta a grandes retos”.
Actualmente el Voyager 1 se encuentra a 23.300 millones de kilómetros del planeta Tierra. Para saber que sucede allí, los científicos deben enviar un mensaje y esperar aproximadamente dos días para obtener la respuesta.