La semana pasada, la Corte Suprema, de mayoría conservadora, reafirmó el derecho de los ciudadanos a portar armas de fuego en público, una decisión que se dio en medio de una escalada de violencia con tiroteos masivos que dejaron múltiples víctimas en el país.
El fallo, de 6 votos contra 3, anula una ley de Nueva York que databa de 1913 y requería que una persona demostrara que tenía necesidades legítimas de defensa personal para recibir un permiso de porte de armas, al tiempo que impedirá a los estados restringir el derecho de las personas a armarse.
Pese a los crecientes llamados a limitar las armas de fuego tras dos tiroteos masivos que conmovieron al país en mayo, el alto tribunal respaldó a quienes sostienen que la segunda enmienda de la Constitución garantiza desde 1788 el derecho a poseer y portar armas.
Se trata del primer fallo de la Corte Suprema en una década relativo a la Segunda Enmienda y una importante victoria para la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por su sigla en inglés), el poderoso lobby de las armas.
El proyecto de ley aprobado este viernes por el Senado de Nueva York necesita ahora contar con el aval de la Asamblea del Estado, también dominada por los demócratas, antes de que la gobernadora, Kathy Hochul, de ese mismo partido, lo rubrique, tal como adelantó que hará, apuntó la agencia Europa Press.
Si finalmente es aprobado, estará prohibido portar armas de fuego en los medios de transporte público, en el interior de escuelas y guarderías, refugios, edificios gubernamentales, colegios y espacios de votación, lugares de culto, centros de salud, establecimientos que sirven alcohol, bibliotecas, zoológicos, museos, teatros y estadios, zonas de recreo infantiles y parques públicos.