Postrado tres minutos en silencio en el piso de una Basílica de San Pedro vacía por las medidas de restricción por la pandemiade Coronavirus, el papa Francisco participó hoy de la celebración de la Pasión del Señor, la primera de las actividades por el Viernes Santo de una semana «inédita» por la falta de público y fieles en las ceremonias vaticanas.
Apenas pasadas las 18 de Roma (13 de Argentina), Jorge Bergoglio dio inicio a la celebración y se recostó en soledad en la nave mayor de la Basílica vaticana para adentrarse en la oración que recuerda, según la tradición cristiana, la muerte de Cristo.
La denominada «Pasión del señor» se caracteriza porque el Papa no predica sino que se limita a escuchar la homilía del predicador de la Casa Pontificia, Raniero Cantalamessa, un capuchino de 85 años.
En una celebración con la Basílica y la plaza de San Pedro vacías, Cantalamessa dedicó su homilía a la pandemia de coronavirus y pidió mirar los «efectos positivos» que puede dar esta «situación dramática».